Sami Naïr celebró en «El País» el Plan de Reconstrucción Europeo con enorme entusiasmo. Europa, según él, va a ser, por fin, «social». Dejará atrás el «yugo neoliberal» y el «mantra ultraliberal». Todo esto tiene poco sentido, porque no hay tal cosa como un liberalismo hegemónico en Europa. Y, de manera muy reveladora, no dijo ni una palabra sobre que los impuestos que las autoridades europeas piensan cobrarles a las malvadas multinacionales tecnológicas los va a terminar pagando el ciudadano normal y corriente. Igual es eso lo que quieren decir cuando saludan lo «social», a saber, que la sociedad tiene cada vez menos papel, a expensas de la política.