La derecha empieza a ganar terreno en España, elección tras elección, y ha encontrado un filón político en la idea de que hay que bajar los impuestos. Esto ha pillado a la izquierda con el pie cambiado, y con la idea de que hay que subirlos, siempre con el cuento de la igualdad y los ricos, pero también siempre con el cuento de que lo decidirán los expertos. Tanto el PP como Vox se apuntan al carro de la reducción fiscal, con matices interesantes, como el que apareció en las elecciones de Castilla y León, porque el PP propone una reducción discriminada, en supuesto apoyo del mundo rural, y Vox una de carácter general. Los de Abascal tienen razón, aunque por motivos equivocados.