Para entender las posibilidades de Putin conviene analizar la fuerza de su economía. Todo indica que no es muy poderosa, porque se basa, como expone el analista Paul Gregory en Econlib, en el predominio de los matones. Eso tiene tres consecuencias negativas para el crecimiento: la propiedad privada es insegura, el crédito se asigna por motivos políticos, y ninguna inversión extranjera está garantizada.