En una entrevista realizada por José Ignacio Torreblanca a Paul Collier en «El Mundo», el catedrático de Economía de Oxford habla de su próximo libro con John Kay, y afirma: “los fundamentos intelectuales que buscaban justificar la codicia en términos del fundamentalismo de mercado se han derrumbado. Ya no va a ser intelectualmente defendible decir que la codicia es buena”.
Pero nadie dijo nunca que la codicia fuera buena, hasta que lo proclamó Gordon Gekko, el siniestro personaje de la película «Wall Street», un mentiroso, estafador y delincuente. Si él dice que lo que hace es mercado libre, no va a ser verdad porque lo diga él. De hecho, no es verdad. Igual que no es verdad otra cosa que sentencia Gekko, y que es típico del pensamiento antiliberal: la idea de la suma cero, es decir, que si una persona gana, es porque otra pierde.
Asegura el profesor Collier que hemos vivido una lamentable época individualista, cuando hemos vivido una gran ola de libertad y prosperidad tras la caída del Muro de Berlín. Por fin, proclama: “Los humanos son el mamífero más social de todas las especies de mamíferos. Estamos programados para cuidarnos unos a otros, para cooperar”. Vamos, lo mismo que dijo Adam Smith, ese supuesto individualista, en 1759.