Anne Carson, destacada poetisa canadiense y flamante Premio Princesa de Asturias de las Letras, elogió la economía de los dones de la Antigua Grecia, y condenó la mercantilización de la cultura. Esta antigua falacia de despreciar al dinero, y por tanto al comercio, y por tanto a la propiedad privada, en realidad refleja el inveterado temor a la libertad de las mujeres y los hombres. Cuando se suprimen el dinero, el comercio y la propiedad, las relaciones humanas tienden a adoptar la forma de la servidumbre.