A John Maynard Keynes lo criticaban porque cambiaba de opinión a menudo. Winston Churchill se burló de él diciendo: «Cada vez que pregunto a tres economistas lo que piensan obtengo cuatro respuestas diferentes, dos de ellas del señor Keynes». Ante esta objeción, Keynes respondía: “Cuando los hechos cambian, yo cambio de opinión. Y usted, ¿qué hace?”.
Esta posición puede ser considerada irrefutable, y, sin embargo, está mucho más abierta a objeciones de lo que a primera vista parece.