Este titular de El País llamó mi atención: «Cuba afronta el reto de reformar la revolución». Era una nueva muestra de la notable comprensión que el progresismo siempre ha brindado a las dictaduras, si son socialistas. No había ni una crítica a la tiranía comunista, al contrario, se subrayaba la necesidad de reformas para preservar el «espíritu» del sistema.