Periódico de ayer, canta Héctor Lavoe.
(Entra aquí para escuchar el audio de La Brújula de Onda Cero.)
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Dicen que no hay nada más atrevido que la ignorancia, y creo que dicen bien, entre otras razones porque me tengo a mí para corroborar la certeza de dicho aserto. Me explico. Hace varios días que estoy escribiendo comentarios en este blog, como espero poder seguir haciendo. Aunque he leído todo aquello suyo con lo que me he cruzado desde hace años, nunca he seguido asiduamente ni este blog ni los artículos del señor Rodríguez Braun en ningún medio, excepción hecha de sus críticas a libros en el suplemento El Cultural de El Mundo, un suplemento que siempre compro, sin fallar, desde hace décadas. Acabo de leer el título de la entrega de hoy del señor Rodríguez Braun, “Canciones económicas: ‘Periódico de ayer’, de Héctor Lavoe”. Por la razón recién dicha, no sé si esto de “Canciones económicas” es un programa de la radio o qué, no lo he podido escuchar con atención. El caso es que yo, al ver el título de esta entrega, me he dicho (literal): “Ni idea. No tengo ni idea”. No obstante lo cual, inmediatamente he pensado: “Pero da igual, ya verás como escribo algo”. Hombre, bien pensado, si los políticos no tienen ni idea y se sacan nada menos que gobernanzas nacionales de la chistera, por qué voy a ser yo menos respecto a una cosa de entidad infinitamente menor como es escribir un comentario. Por no hablar de los por Antonio Burgos llamados hablantes del tertulianés, esos especímenes que ni cortos ni perezosos hablan de lo que les echen. Tal atrevimiento, en mi caso tiene el lógico riesgo de que me acaben echando de esta página web de una patada en salva sea la parte, pero por otro lado creo que ese riesgo queda contrarrestado por una muy buena baza que juega a mi favor, que es la de que yo soy un auténtico liberal, rara especie que no dudo el fino olfato del profesor percibirá sin problema, pues lo mismo que no he necesitado estudiar libros para serlo (lo llevo en la sangre), no necesito citarlos para demostrarlo, hasta el punto de que casi diría yo que se me debe de ver en la cara y todo, porque es no ya tocarme, sino simplemente rozarme teóricamente mi libertad y llevárseme los demonios: conmigo, en lo tocante a confusiones esclavizadoras, tonterías pocas, o mejor ninguna, porque una sola ya son demasiadas. Yo, efectivamente, no necesito citar a famosos defensores del liberalismo y supuestos liberales, me basta con pegar unos cuantos ladridos de odio a mi esclavitud perpetrada por mano ajena (otra cosa es si decido esclavizarme yo porque me da la gana) para dejar las cosas claras al respecto. Dicho lo cual, y por comentar algo relativo a lo dicho en Onda Cero por don Carlos, tengo que decir que eso del periódico de ayer como ejemplo de algo sin el menor valor también queda muy bien ejemplificado por el uso que se hace de los pobres periódicos para envolver bocatas de sardinas. Tengo una anécdota al respecto: yo ya de niño tenía mi dormitorio lleno de periódicos que compraba mi padre, y que a mí me gustaba conservar para ir leyéndolos en lo que no fuera actualidad, que es precisamente lo que me parece menos valioso de la prensa: a quién le puede interesar, me digo yo tontamente, los detalles anecdóticos del día a día, si lo único que importa es darse cuenta de las evoluciones sociales, y eso sólo lo da la mirada en perspectiva sobre un amplio espacio de tiempo, mirada para realizar la cual lo que cuenta es la hemeroteca, y no la prensa del día. Con posterioridad, y a pesar de las sucesivas pérdidas de mis amados montones de periódicos antiguos por el tortuoso camino de mi vida, he llegado a acumular varias toneladas de periódicos, de las cuales debo de conservar en estos momentos como mínimo tres o cuatro. En cierta ocasión un familiar, al ver que tenía yo tanta prensa (que para él era basura) me dijo que le diera algunos atadijos de prensa para avivar el fuego en estufas de leña o no sé qué y se me bloqueó la mente de tal forma al oír semejante disparate que ni me di cuenta de para qué me había dicho que los quería. Le di uno como si me quitaran una muela y cuál no sería la cara de dolor que puse que me lo quiso el devolver. También tengo decenas de miles de recortes de prensa. Insisto: no comparto en absoluto la opinión de que la prensa antigua no tiene valor: si está bien escrita, para empezar ya vale para aprender la lengua, que no es poco, y solo por eso es digna de ser conservada si puede uno permitirse ese lujo, que con las casitas como cajas de cerillas al uso por culpa del desorbitado precio del suelo por culpa de los políticos, reconozco que difícil está la cosa, como difícil está hasta tener libros, a ver si nos hacemos ya asnos del todo y todo son ganancias: las del precio inhumano del suelo y las de la desvalorización humana del asnamiento. Si a alguien que lea estas líneas le pica la curiosidad, le invito a ver una foto con varios paquetes míos de prensa antigua. La foto está en una entrada de blog titulada “¿Es el diccionario normativo una castaña?” y a la que se accede por esta dirección: https://marcelinovaleroalcaraz.wordpress.com/2016/06/24/es-el-diccionario-normativo-una-castana/
Se trata de una sección, «Canciones Económicas», dentro de La Brújula de la Economía de Onda Cero. Llevo la sección desde hace años. Aquí tiene las anteriores ediciones: https://www.carlosrodriguezbraun.com/canciones-economicas/
La Brújula de la Economía se emite todos los días de 21:00 a 22.00 (es una parte de La Brújula, programa que va de 20:00 a 24:00.
Canciones Económicas se emite siempre los lunes.