Mi último artículo en La Razón, con el título: Un gran superávit
Se habla tanto del déficit que nadie piensa en un importante superávit. El superávit de caraduras, claro. Abundan en todos los partidos, especialmente en tiempos de crisis, donde sobresale la ceremonia del chivo expiatorio: ya se sabe, mi déficit es culpa de otro, etc. Pensemos en los socialistas, que sostienen que ellos son inocentes porque en los años de Smiley bajó el déficit, tramposo razonamiento que esconde la grave irresponsabilidad que cometieron aumentando el gasto por encima del crecimiento del PIB.