Mi último artículo en La Razón, con el título: Salarios y productividad
Como los políticos de la Unión Europea están lejos, no los vemos aquí hasta en la sopa, y sobre todo no nos fastidian directamente, fantaseamos con que son mejores que los nuestros. En realidad, son todos bastante parecidos, y todos están dispuestos a quitarnos la libertad y el dinero, por nuestro bien. El problema es que su juguete, el Estado intervencionista, intrusivo y redistribuidor, puede romperse si no hay crecimiento, es decir, la legitimidad de su coacción puede verse cuestionada cada vez más por la ciudadanía.