Mi último artículo en La Razón, con el título: Rumor y fundamento
El rumor, o “voz que corre entre el público”, es tan antiguo como el mismo público, y obedece a múltiples razones, desde el ahorro de costes de información hasta el entretenimiento, la insidia y la maledicencia, pasando asimismo por el lucro. En momentos de tensión económica proliferan los rumores también en la segunda acepción del DRAE: “ruido confuso de voces”.
Por ejemplo, ayer las proverbiales “fuentes” susurraron que España podía ser rescatada hoy mismo o mañana.