Mi último artículo en La Razón, con el título: Pastel del bueno
Las reformas laborales en nuestro país han sido pasteleos motivados por el miedo a la libertad y por la necesidad de los partícipes de eludir responsabilidades o salvar la cara. Sin embargo, la evidencia del excesivo e ineficiente intervencionismo en el mercado laboral es tan abrumadora que los pasteleos han ido a grandes rasgos en una dirección que no empeoraba el contexto anterior. Algo parecido sucederá ahora con la negociación colectiva, un disparate monopolístico de ardua justificación.