Mi último artículo en La Razón, con el título: Ni para nóminas
El derrumbe de los impuestos municipales, en particular los derivados de la actividad inmobiliaria, ha expuesto a la luz pública la penuria hacendística de muchos ayuntamientos españoles. Más de una vez hemos escuchado a munícipes quejarse así de sus arcas exangües: “no tenemos ni para pagar las nóminas”. El argumento es eficaz, porque lo más importante son los trabajadores, y el gasto público debería proteger a las personas que sólo tienen un salario para vivir.