Mi último artículo en La Razón, con el título: Mercado y coacción
Se dice que el mercado no es libre. Quienes reconocen la coacción del Estado, a veces insisten en que esa coacción se extiende más allá de la política. Al ser usted mucho más pobre que Amancio Ortega, al partir desde posiciones tan desiguales ¿cómo negar que su fuerza (de él) puede llevar a su dominación (de usted)?
La conclusión, pues, es que la coacción del Estado es imprescindible para evitar la opresión de los ricos y poderosos sobre los pobres y débiles.