Es habitual que los políticos y los medios de comunicación lamenten el bajo nivel de nuestras universidades, pero de ahí se pueden extraer conclusiones equivocadas. Una es que los catedráticos de Harvard no pueden decir gansadas. Sospecho que esto es un error, y acudo al ejemplo de Michael J. Sandel (a quien ya analizamos aquí en el pasado, http://goo.gl/ZqYNAf), y que fue entrevistado por una francamente partidaria Amanda Mars en El País.
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