Claudi Pérez, como todo el mundo, desde la extrema izquierda hasta el Papa, está muy preocupado con la desigualdad. Es curioso que nadie se haya puesto a pensar en que el problema es la pobreza, no la desigualdad, y que la gente no quiere ser pobre pero tampoco quiere ser igual al vecino. En fin, los testimonios que recoge certifican el predominio del pensamiento único.
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