Oxfam es un buen ejemplo de pensamiento único, porque combina un análisis superficial con una fuerte carga moralizante. Véase este párrafo de un reciente informe:
La fortuna de las 85 personas más ricas del mundo es equivalente a la de la mitad más pobre del planeta. La brecha entre ricos y pobres se ha disparado estos últimos años. Es una amenaza para reducir la pobreza pero también para construir sociedades más cohesionadas, democráticas y justas. Es hora de cambiar unas reglas del juego que ahora están diseñadas a favor de unos pocos. Es hora de que hablemos de desigualdad.
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