Desde que el entrañable Manuel Chaves reclamara sus minolles para Andasulía, la financiación autonómica ha dado reiteradas muestras de ser un campo fértil para la mayor demagogia posible en un Estado redistribuidor.
Desde que el entrañable Manuel Chaves reclamara sus minolles para Andasulía, la financiación autonómica ha dado reiteradas muestras de ser un campo fértil para la mayor demagogia posible en un Estado redistribuidor.
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Estos populistas de lo que entienden realmente es de sacarle la pasta a los currantes y gastar, gastar y mas gastar, en toda clase de proyectos la mayoría inútiles y sin ningún control, arruinar a las generaciones futuras, contarles cuentos de la lechera a los crédulos que los votan y mantener un paro subvencionado para tragaldabas.