Si en los últimos años Barbie estuvo más bien parco en sus declaraciones, todo indica que de ahora en adelante su locuacidad irá a más. El contenido de su mensaje tenderá a repetirse en torno a las líneas siguientes: “Hemos corregido parte de los desequilibrios económicos que existían y el reparto de la carga ha sido equitativo…hemos preservado los grandes servicios públicos: sanidad, educación y el sistema de pensiones…han sido decisiones difíciles pero los esfuerzos no han sido en vano”.
Los desequilibrios son ajenos
La “corrección de los desequilibrios” es un mantra que el gobernante utiliza para transmitir el mensaje de que dichos desequilibrios son culpa de otro, y que la providencia ha sido generosa con sus súbditos porque llegó él a resolverlos. Pero los desequilibrios estuvieron bastante generalizados en España, y se acentuaron con la crisis, lo que habría sucedido con cualquier gobierno estatal, como lo prueba la evolución de las autonomías de color político diferente. Y cualquiera que hubiese ganado las elecciones generales en 2011 habría debido afrontar esos desequilibrios, por la sencilla razón de que la explosión del déficit lo hubiese convertido en no financiable.
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