Antes de dejar precipitadamente el ministerio de Sanidad, la señora Carmen Montón declaró a El País: “Un gobierno decente no deja a nadie atrás…la universalidad es irrenunciable en la sanidad…Hay que elegir en qué se gasta con el fin último de que el ciudadano esté sano, y cuando está sano es más feliz. Yo no hablo de gasto público, hablo de invertir en salud…tenemos que reconquistar lo que se nos arrebató con la crisis”.