Hay titulares irresistibles para un economista, como este de El País: “Hacienda diseña unos Presupuestos expansivos ante la ralentización”.
Toda la retórica del artículo rezumaba keynesianismo cañí, es decir, la fantasía según la cual Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, puede impulsar el crecimiento económico simplemente aumentando el gasto público.