Algunos progresistas han vuelto a llamar la atención por su inmoralidad a la hora de culpar de los nuevos crímenes de París a cualquiera menos a los asesinos. El consabido Willy Toledo, que ya a propósito de los atentados contra Charlie Hebdo dijo: “Occidente asesina diariamente”, ahora ha proclamado que los verdaderos responsables son Francia y el presidente Hollande.
La cuenta de Podemos Anchuelo escribió en Twitter: “Lo sucedido en París tiene su seno en el expolio que el capitalismo occidental ha infringido al mundo árabe. El Islam es una religión de Paz.”. La cuenta fue después suspendida (y no por utilizar el verbo incorrecto: debió decir “infligido”).
Uno puede ser un pacifista, y a mucha honra, pero ser pacifista no equivale a propugnar que la gente esté indefensa ante los malhechores. Si existe la defensa nacional, es decir, si no hay una defensa privada, uno puede criticarla: es, así, claro que la política exterior de Obama y otros líderes occidentales a propósito del terrorismo islámico y sus equilibrios políticos y estratégicos es, por decirlo suavemente, ineficaz. Pero lo que no se puede es proponer el fin de la defensa estatal y su reemplazo por nada.
En ese sentido, cabe también criticar desde el liberalismo a la guerra como mecanismo de acentuación de la opresión política contra los ciudadanos: desde los bombardeos hasta la retórica abiertamente belicista de los políticos franceses, todo sugiere más bien un intento de tapar el fracaso de esos mismos políticos a la hora de cumplir la misión más básica del Estado: proteger la vida de sus súbditos.
Por supuesto, ninguna de estas consideraciones atañe a la izquierda extrema, cuyo objetivo (desde el viejo “Otan no, bases fuera”) ha sido en realidad devaluar la defensa de los países democráticos y propiciar una agenda que lo que hacía era avalar el sistema más expoliador y criminal que haya padecido la humanidad. Que Willy Toledo hable de asesinatos occidentales cuando defiende la dictadura cubana es un escarnio. Y es ilustrativo imaginar qué habrían dicho los de Podemos Anchuelo si los terroristas hubiesen sido católicos…
Más sutil es la respuesta habitual de los líderes de Podemos, porque, con objeto de blindarse ante la crítica, suelen recurrir a la condena de la violencia “venga de donde venga”. Pablo Iglesias declaró: “Podemos está en contra de toda forma de terrorismo”. La retórica evoca a la de los equidistantes en el caso del terrorismo etarra, que la emplearon a menudo. Y la trampa estriba precisamente en esa pretendida equidistancia, como si se tratara de fenómenos y comportamientos perfectamente identificables.
Resultó diáfano el engaño cuando le preguntaron al líder de Podemos sobre la condena a Leopoldo López, y él respondió: “No nos gusta, venga de quien venga, que se condene a alguien por hacer política”. ¿Venga de quien venga? ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso en Venezuela “viene” de otra parte que no sea la tiranía chavista?
(Artículo publicado en La Razón.)