Hace poco, Caín dedicó en LA RAZÓN una viñeta a Cayetana Álvarez de Toledo. Se veía a un hombre, con aspecto de pocas luces, que proclamaba: «Yo digo Amén a las ocurrencias de mi partido para que el latín no desaparezca del todo». A la diputada del Partido Popular, en efecto, nadie podrá acusarla de falta de principios ni de seguidismo servil. Lo inquietante, sin embargo, es que parece que sus ideas provocaron su defenestración como portavoz del PP, y aun podrían acabar con su carrera en el partido. Conviene, por ello, revisar sus razones, que expone en su reciente libro, Políticamente indeseable.