El destacado periodista Francisco Reyero es autor de un libro excelente: “Sinatra. Nunca volveré a ese maldito país”, publicado en Sevilla por la Fundación José Manuel Lara.
Se trata de una crónica fascinante sobre Frank Sinatra y nuestro país, centrada en particular en su tormentosa relación con Ava Gardner. En una serie de diestras notas, Reyero, que es un notable escritor, nos brinda un diestro retrato de Ava y Frank, y de la España de los años 1950, un país que se estaba transformando, entre otras cosas gracias al deshielo y a las inversiones de Estados Unidos, en concreto en la industria del cine, que, como es sabido, serían muy importantes en esa década y la siguiente.
Desfilan personajes más o menos estrambóticos, pero todos interesantes y afiladamente descritos. Y bajo los focos del escenario esas dos afamadas estrellas, increíblemente vanidosas, autodestructivas, geniales e inolvidables.
Es la autodestrucción narcisista la que finalmente socava la correspondencia de Sinatra con España, tras un incidente en el Hotel Pez Espada de Torremolinos en 1964, una multa en la comisaría de Málaga, y una partida donde se dice que pronunció la frase: “I’ll never go back to that fucking country again”. Como si la responsabilidad fuera de España. Ya lo dijo el clásico: “La culpa, querido Bruto, no es de nuestra estrella, sino nuestra”.
En fin, de todas maneras no cumplió con su amenaza. Crepuscular, regresaría a Madrid en 1986 y a Barcelona en 1992.
(Artículo publicado en La Razón.)