El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha dicho en el Financial Times: “se creará empleo en 2014, con un crecimiento mayor del previsto”. Esto es no sólo posible sino también interesante. Es posible por la duración y profundidad de la crisis, que no pueden ser infinitas, y por el duro ajuste soportado por tantos trabajadores y empresarios del sector privado, que tampoco puede serlo. Y es interesante porque podría revelar la fortaleza subyacente de la economía española, capaz de sobreponerse finalmente a una crisis internacional multiplicada por decisiones incorrectas de nuestros gobiernos, muy particularmente las subidas de impuestos.
Cuestión de medallas
Dirá usted: ¿no ha habido decisiones correctas? Pues claro que sí: (casi) ningún gobierno hace todas las cosas mal, y es tan absurdo que las autoridades se cuelguen todas las medallas como que la oposición no acepte concederles ninguna (véase: “And the winner is…”, La Razón, 28 julio 2013, http://goo.gl/bJg4Ap). En ese sentido será ilustrativo comprobar cuánto ha bajado el umbral de crecimiento del PIB para que se cree empleo neto en España. La reforma laboral, igual que las anteriores, ha sido insuficiente pero ha ido en la buena dirección en términos de la reducción de dicho umbral. La consolidación de la recuperación es otra historia. No olvidemos que ya hubo una fase de este tenor entre 2009 y 2011, también con exportaciones al alza. Esa fase podría haberse consolidado si el ajuste se hubiese concentrado en el gasto público. Sea como fuere, hemos tenido seis meses de datos relativamente buenos o menos malos; confiemos en que las autoridades no ahoguen otra vez esta recuperación, y para que se consiga pronto no es necesario pedirles la luna sino algo difícil pero no imposible, a saber, que bajen los impuestos y el gasto público.
(Artículo publicado en La Razón.)