Dirá usted que es imposible: o uno es chavista o es franquista, pero no las dos cosas a la vez. Pues tengo interesantes noticias para usted.
En Barcelona, como en otras ciudades españolas y europeas, están subiendo de precio los alquileres. La reacción de la alcaldesa populista, Ada Colau, ha sido intentar controlar los alquileres por ley. Esta reacción es tan franquista que se le ocurrió a Franco.
El resultado de la progresista Colau será igual que el de Franco, y, si nos ponemos así, que el de Diocleciano, porque la tradición del control de precios es milenaria. A saber, siempre disminuye la oferta de cualquier bien cuyo precio sea artificialmente limitado.
Gonzalo Bernardo Domínguez, director de Máster en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona, cuenta que el franquismo reguló el mercado de arrendamientos con dos medias draconianas: “considerar casi cualquier contrato como indefinido e impedir incrementos significativos de su importe. Los datos hablan por sí solos. En 1953, el porcentaje de viviendas en alquiler en España era del 51 %; en 1981 únicamente del 21 %. En Barcelona, en la primera fecha ascendía al 81 %; en la segunda no llegaba al 40 %”.
Juan Carlos Monedero también es populista y proclamó: “No puedo negar la influencia bolivariana”. Esto, de entrada, está regular. Lo interesante es que no dijo nada de la influencia franquista, que es innegable en Podemos. Por ejemplo, aseguró que un gran logro de Hugo Chávez fue la Seguridad Social, y, añadió, “que estamos perdiendo”.
Esto es muy notable, porque el gasto de la Seguridad Social ha aumentado en las últimas décadas, y lo ha hecho a pesar de que la sanidad ha sido excluida de ella.
Reveladoramente, seguimos hablando de “ir a la Seguridad Social” cuando vamos a un hospital público, siendo así que la sanidad pública hace años que no integra la Seguridad Social, sino que depende de los Presupuestos. Es decir, no está pagada por las cotizaciones de los trabajadores y los empresarios, sino por el conjunto de los contribuyentes. Por tanto, afirmar que “estamos perdiendo” la Seguridad Social es un absurdo, porque la estamos pagando (a la fuerza, pero pagando) cada vez más, y más que vamos a seguir pagándola, si las predicciones demográficas y nuestro (es un decir, porque no podemos evitar pagarlo) sistema de pensiones sigue como hasta ahora.
Pero, además, el señor Monedero olvidó mencionar quién creó la Seguridad Social en España. Pues sí, claro que sí, la dictadura franquista.
Y, por fin, aseguró Monedero que el régimen chavista se justifica, igual que otros regímenes populistas latinoamericanos, porque sus líderes “sacaron a millones de la pobreza”. A ver, ¿bajo qué gobierno se redujo más la pobreza relativa en España, y más confluyó nuestro país con Europa en el último siglo?