No están las cosas en nuestra economía como para sacar pecho y, para colmo, hay elecciones el próximo domingo.
Entonces, la estrategia gubernamental es doble. Por un lado, eludir responsabilidades. De ahí el espectáculo de Sánchez la noche del lunes: repitió lo del Brexit y la guerra comercial, insistió en que España va mejor que la media europea y, cuando ya eran demasiados balones fuera, subrayó que lo mejor que nos podría pasar es tener un Gobierno socialista, para que haga los ajustes con seriedad y preservando el Estado de bienestar sin crujir al pueblo aún más con impuestos. Es un viejo camelo.
Por otro lado, su precaria situación conduce a los socialistas al más desmedido de los entusiasmos cuando aparecen datos buenos, o que pueden presentarse como buenos, o que sirvan para ocultar los malos. Esto sucedió ayer tras la publicación de las cifras laborales del mes de octubre. Pudimos ver a la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas y al secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, encantados de haberse conocido. Este 2019 está siendo “un buen año”, aseguraron, y nos encaminamos a un récord. ¿Qué está pasando aquí? Pues que las cifras de afiliación a la Seguridad Social han sido buenas: 106.500 afiliados más, o un 2,3 por ciento interanual más. Esto supera las previsiones, indicó Granado, y todo indica que decía la verdad.
Juan Ramón García y Camilo A. Ulloa, del BBVA Research, apuntaron: “La afiliación a la Seguridad Social sorprendió positivamente en octubre”. Cierto es que hay que tener en cuenta que son cifras infladas por la situación de los cuidadores no profesionales de las personas en situación de dependencia, y por las contrataciones, o más bien re-contrataciones en la enseñanza después de las vacaciones.
Pero el entusiasmo de las autoridades, aunque necesitan buenos datos como agua de mayo, no está justificado, y no solo por estas últimas consideraciones, sino por el aumento del paro en 97.900 personas, un 2,4 por ciento interanual. Concluyen desde el BBVA: “Descontada la estacionalidad, se observan señales mixtas en el mercado laboral: la ocupación recobró dinamismo y creció en 39.000 personas, pero el desempleo registró su tercer repunte no consecutivo en 2019”. Esta noticia negativa, igual que la positiva de la Seguridad Social, superó las expectativas: “el repunte del desempleo fue el mayor en un mes de octubre desde 2011”.
Por lo tanto, lo aconsejable habría sido mantener una actitud prudente a corto y medio plazo, y el Gobierno hizo lo contrario. En el corto plazo, los responsables del ministerio de Trabajo pintaron un retrato idílico que ignora las sombras que toda la evidencia arroja sobre la actividad económica de nuestro país. Y en el medio plazo, si la izquierda llega a gobernar junto con la ultraizquierda, las señales intervencionistas de diverso tipo brindadas en el debate del lunes por Sánchez e Iglesias no constituyen buenos augurios para el empleo en España.