Impuestos y fantasías
Da lo mismo el color político: todos están de acuerdo en que lo más grave es el llamado «fraude fiscal». Nadie atiende a lo que debería importar, a la mayoría que sí paga: cada vez más personas pagamos cada vez más impuestos.
Da lo mismo el color político: todos están de acuerdo en que lo más grave es el llamado «fraude fiscal». Nadie atiende a lo que debería importar, a la mayoría que sí paga: cada vez más personas pagamos cada vez más impuestos.
Una y otra vez comprobamos que las famosas «ayudas» de los políticos (con dinero ajeno, claro) pueden ser tan cariñosas como los osos con sus abrazos.
La primera novela de la periodista y escritora Natalia Sanmartín Fenollera es una bella reivindicación de un mundo ideal, apacible, seguro y humano.
Quienes creen que los políticos van a arreglar el lío energético que ellos mismos han organizado tienen mucha fe. Mucha. Demasiada, vamos.
El incendio de fábricas en Bangladesh fue analizado como si fuese un problema exclusivo del capitalismo explotador. La petición a las autoridades para que intervengan fue unánime, como si dicho intervencionismo no hubiese existido antes
Sobre la Ley de Unidad de Mercado, o el intento de conseguir que el mercado único, válido en Europa, lo sea también en nuestro país.