En el pensamiento único es clave la lucha de clases, pero, como los principios de Groucho Marx, si algunas razones, por ejemplo, millones de víctimas, reducen el atractivo del comunismo, se inventan otros conflictos. Uno de ellos es o fue el enfrentamiento Norte-Sur, variante de las fábulas antiliberales: el Norte acaudalado y explotador está contra el Sur indigente y explotado. Es, como en todos los casos (capitalistas vs. trabajadores, ricos vs. pobres), un camelo, osado, pero camelo.
Si nos vamos a dejar llevar por la geografía, estar al sur no es igual a ser miserable. Hong Kong está al sur de Rusia. Australia y Nueva Zelanda no pueden estar más al sur, y son países muy ricos. En África, Botswana y Sudáfrica están al sur y son naciones más ricas que las del norte. En América Latina, Chile es el sur por excelencia, y es más rico que Cuba o Venezuela. Cabría una conjetura hemisférica: en el Norte los países más septentrionales son más ricos que los meridionales, y en el hemisferio sur es al revés.
Además, la misma geografía registra historias muy diferentes. Mi Argentina natal, que siempre estuvo donde está, fue rica hace un siglo y es pobre ahora. ¿Qué diríamos de la riqueza de España en 1940 y hoy? Parece que las instituciones, empezando por la seguridad en la vida y la propiedad, son más importantes que la latitud.
En fin, lo del Norte-Sur probablemente sea, una vez más, el recelo a lo que huela a capitalismo, mercado, y libertad.
(Artículo publicado en La Razón.)