El destacado periodista Andy Robinson ha escrito Un reportero en la montaña mágica. Cómo la élite económica de Davos hundió el mundo (Ariel). Todo el libro es una sucesión, bien escrita, de tópicos antiliberales, en especial el odio a la empresa privada. Así, se nos “informa” de que Amancio Ortega no es millonario porque haya creado riqueza, empleo y bienestar para multitudes sino porque mueren pobres en Bangladesh. Y arremete también contra Entrecanales, Del Pino, Botín, Aznar, Rato. Ni Bill Gates se salva, ni Bono…¡ni la Madre Teresa!
El camelo de los poderosos estaticidas
Ataca hasta a Juan Luis Cebrián. Pero Cebrián y los demás siguen yendo a Davos…y les seguirán insultando. Este libro les acusa de todos los males. Se salvan Stiglitz y su delirante lucha de clases del 1% vs. el 99%, Naomi Klein, Roosevelt y su “justicia social”, el keynesianismo por ser “puro sentido común”, y Marx, porque es crítico del “capitalismo despiadado” (lógicamente, no se dice nada de la piedad del socialismo). Lo mejor son los impuestos altos y el gasto público creciente. Los camelos y las distorsiones van “in crescendo”. ¡Burger King acabó con las tapas en Madrid! Y la máxima paranoia es cuando Robinson identifica seriamente a Davos con la Sociedad Mont Pèlerin Society, que conozco bien porque soy miembro. Dice que Davos pretende “desmantelar el Estado”, lo que jamás ha pretendido. Y ni un segundo pierde en reflexionar sobre por qué esos neoliberales estaticidas tan increíblemente poderosos han logrado…Estados cada vez más grandes.
(Artículo publicado en La Razón.)
Andy, anda, dime que me quieres, aunque sea mentira. ¿Y cuánto dices que me quieres? ¿Que gaste veinte veces más, según Lord Keynes? Te quiero. Pero, ¿porqué no mas de veinte?
Ja, ja, ya sabe usted que según Keynes cualquier gasto era bueno para fomentar la actividad, incluso los más absurdos.