Los socialistas de todos los partidos presumen de gozar del apoyo, como dice Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, de “la mayoría social”. Pero como sus políticas antiliberales tienden a conspirar contra dicha mayoría de forma cada vez más innegable, recurren a una retórica reveladora, que repite una y otra vez que sólo se trata de mínimos: ingreso mínimo, salario mínimo, como si la violación de la libertad que propician fuera evidentemente mínima. Pero, como dice el tango: mentira, mentira.