Con este título, Deirdre N. McCloskey continúa la serie de libros que empezó con Virtudes burguesas (http://goo.gl/YU20yz). Destacada economista, quiere ir más allá de su disciplina, que, como reza el subtítulo, es incapaz de explicar el mundo moderno. Su tesis, en efecto, es que lo importante son las ideas y los valores, y no tanto los cambios tangibles en el comercio exterior o la formación bruta de capital. Defiende que los mercados y la innovación, que son antiguos, pero sólo recientemente han sido liberalizados, son compatibles con la moral, y sus cambios han obedecido a cambios en el pensamiento. Conoce el mundo de los economistas, y por eso sabe que no le darán la bienvenida, porque allí, ironiza, “cultivan la idea, y la defienden con apasionado idealismo, de que las ideas sobre las ideas no son científicas”.
Contra las caricaturas denigratorias del burgués
Pero, como dijo Keynes, las ideas son importantes, y la autora lo parafrasea: “los economistas e historiadores que se creen libres de influencias filosóficas son habitualmente esclavos de algún filósofo de la ciencia”. Denuncia el antiliberalismo de los artistas y los intelectuales decimonónicos, las patologías nazis y socialistas del siglo XX, y la hipocresía del ecologismo radical y el pesimismo lúgubre que a izquierdas y derechas caracteriza el siglo XXI. Defiende al rico burgués frente a sus caricaturas denigratorias, y el mercado frente al socialismo, y sostiene que es el capitalismo el que realmente ha permitido a millones de pobres dejar atrás sus privaciones y prosperar.
(Artículo publicado en La Razón.)