Con la muerte de Manuel Martín Ferrand se ha ido alguien que lo fue todo en el periodismo, y a quien tuve el honor de conocer. Con razón lo llamó ABC el pasado sábado “el periodista total”. Estuvo en prensa, radio y televisión, y fue un gran conocedor de los tres medios, tanto en sus aspectos periodísticos como empresariales.
Muchos recordamos su micro-sección radiofónica con Luis del Olmo, “En menos que canta un gallo”, y por supuesto sus columnas en ABC con un título, “Ad líbitum”, que indica su actitud liberal crítica y su independencia frente a los poderosos, de todos los partidos políticos y grupos de presión, lo que en este mundo en el que vivimos es una posición cualquier cosa menos fácil, y que conviene agradecer a las personas que se empeñan en llevarla a la práctica, como Manuel Martín Ferrand.
Personalmente, además, tengo que agradecerle las muestras de afecto personal y reconocimiento hacia mi trabajo desde que le conocí en Antena 3 TV hace casi un cuarto de siglo (una reciente aquí: http://goo.gl/PdkryR). Siempre he disfrutado cuando nos encontrábamos, a menudo en los conciertos del Auditorio, de los que éramos asiduos, otras veces en comidas, de las que era amigo y experto. Sistemáticamente tenía una frase amable y varias muestras de dos características de una inteligencia brillante y generosa: la claridad y el sentido del humor. Mi pésame a su familia, sus amigos, y al diario ABC, donde coincidimos un tiempo, y donde le leí siempre.
(Artículo publicado en La Razón.)