El odio de la izquierda hacia Isabel Díaz Ayuso no es casual, porque la madrileña les gana las elecciones, y encima lo hace con una consigna escueta, sencilla y poderosa: libertad. La progresía despreció el mitin del domingo, pero tomó buena nota de la segunda consigna que ha esgrimido el PP, con buenos resultados: la igualdad.