Cada vez que el pueblo inflige sopapos electorales a la izquierda, el progresismo se revuelve por el narcisismo herido, y revuelve el baúl de las consignas en busca del centro, del liberalismo y, el no va más, el liberalismo de centro.
Cada vez que el pueblo inflige sopapos electorales a la izquierda, el progresismo se revuelve por el narcisismo herido, y revuelve el baúl de las consignas en busca del centro, del liberalismo y, el no va más, el liberalismo de centro.