Es habitual relacionar el liberalismo con el conservadurismo, lo que está en parte justificado. El conservadurismo, al apreciar la tradición, las costumbres, la religión y otras dimensiones sociales no estatales, puede recelar de las incursiones políticas contra los derechos individuales.
Pero las dos formas de pensar no son iguales, y Hayek aclaró que no era conservador. El problema es analizado con destreza por Lorenzo Bernaldo de Quirós en su libro En defensa del pluralismo liberal. Contra las religiones posmodernas, que publica Deusto.
Denuncia el autor un regreso a una suerte de absolutismo moral, cuya contradictoria historia rastrea hasta la moderna asunción por parte de la izquierda de unas religiones seculares, del ecologismo al feminismo, que pretende imponer a través de la moralización de la política.