Leandro Prados de la Escosura, el más importante historiador económico español, revisa la economía de nuestro país con una perspectiva de largo plazo en: “Spain’s Historical National Accounts: Expenditure and Output, 1850-2015” (https://goo.gl/UX756a).
En tres palabras: no estamos mal. La actividad económica en ese extenso período se multiplicó por cincuenta, con una tasa de crecimiento media anual de 2,4 %. Hay muchas diferencias entre etapas: la llamada “edad de oro”, de 1950-1974, registró un crecimiento medio del 6,3 % anual, cuatro veces y medio más que durante el siglo anterior, y dos veces más que en 1974-2007. La gran recesión después de este último año comportó una caída del PIB real de ocho puntos entre 2007 y 2013, mientras que el nivel de 2007 no se había recuperado el año pasado.
También cambió la composición del PIB: el consumo público era del 7,5 % del PIB en los años 1960 y llegó al 20 % en 2009. La inversión en infraestructuras aumentó marcadamente tras el ingreso de España en la UE, y la inversión inmobiliaria se dispara desde finales de los 1990 hasta la crisis de 2007. Disminuyó históricamente el peso de la agricultura, y también el de la industria, en especial desde mediados de los años 1980. Los servicios fluctúan en torno al 40 %, pero desde los 1960 crecen, y actualmente han pasado del 50 al 75 % del PIB.
La renta per cápita aumentó 16 veces en términos reales entre 1850 y 2015, o un 1,7 % anual, y también fluctúa entre períodos. En la gran recesión se reduce un 11 %, aunque en 2015 su nivel era un 83 % más elevado que cuando España ingresa en la UE en 1985.
El profesor Prados de la Escosura despeja algunos mitos. Por ejemplo, la gran inestabilidad política en la segunda mitad del siglo XIX no acabó con el crecimiento, al contrario. Aquí están las tasas medias por período: 1850-1950: 1,3 %; 1950-1974: 6,3 %; 1974-2007: 3,3 %; 2007-2015: – 0,5 %. El año 1959 no fue, al revés de lo que se cree, un punto de ruptura, porque hubo reformas graduales con anterioridad.
La evolución del PIB per cápita real fue la siguiente, en tasas medias anuales: 1850-1950: 0,7 %; 1950-1974: 5,3 %; 1974-2007: 2,7 %; 2007-2015: – 0,8 %.
Leandro Prados de la Escosura aclara que tampoco estamos mal comparados con otros: entre 1850 y 2015 el crecimiento del PIB per cápita en España fue del 1,7 % real anual: la misma tasa promedio de EE UU y Alemania, y superior a la de Italia (1,5 %), Francia (1,6 %), y Reino Unido (1,4 %).
La diferencia es que cambia el ritmo de crecimiento en España, como en Italia y Alemania, mientras que EE UU y Reino Unido son más estables. Además, el nivel del PIB per cápita “es sistemáticamente inferior al de los otros grandes países de Europa Occidental”. Es decir “las raíces del grueso de la diferencia entre el PIB per cápita de España y los países avanzados debe ser rastreado a la era anterior a 1850”.