Manos Unidas es una importante ONG católica que promueve el desarrollo en el Tercer Mundo y cuyas ideas rara vez se apartan del pensamiento único antiliberal (una crítica a su forma de pensar aquí: http://goo.gl/ZNGUFY). Lo volví a comprobar hace algún tiempo al ver uno de sus carteles publicitarios, que mostraba a una mujer sosteniendo una balanza equilibrada, y el texto: “No hay justicia sin igualdad”.
Todo sugería que no se trata de la única igualdad realmente compatible con la justicia y la libertad, que es la igualdad liberal, la igualdad ante la ley. Al contrario, la igualdad a la que aludía el cartel de Manos Unidas es la igualdad socialista, la igualdad mediante la ley, es decir, la igualdad que exige la violación de la libertad y los derechos de los ciudadanos a cargo del poder político y legislativo.
A veces la propaganda antiliberal suaviza esta igualdad coercitiva con un adjetivo, y habla de “igualdad de oportunidades”, pero esto es esencialmente una ficción: lo que el socialismo de todos los partidos persigue nunca es la igualdad de oportunidades sino de resultados impuestos a la fuerza por la política. Todo esto pulveriza la idea misma de la justicia. Nótese que en el caso de la igualdad ante la ley la consigna de Manos Unidos puede funcionar coherentemente en los dos sentidos: no sólo no hay justicia sin igualdad sino que tampoco hay igualdad sin justicia. En cambio, si se trata de la igualdad mediante la ley, a la postre ni hay igualdad ni hay justicia.
(Artículo publicado en La Razón.)