El presidente del Gobierno, Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, le aseguró a Ana Pastor en La Sexta que no quiere subir los impuestos a las trabajadoras y que sí se los subirá. No solo por el impuesto a “las transacciones financieras”, que es imposible que no repercuta sobre las trabajadoras, sino por el impuesto al diésel.
Para desactivar las críticas, empezó el accidental monclovita dejando caer que las conductoras que van por ahí con coches diésel son asesinas, y habló de 30.000 muertos por culpa de la contaminación. Y ahí lo dejó, el artista. No aclaró de dónde sacó esa cifra, ni, lo más importante, de dónde sacó que, como los asquerosos conductores de coches diésel van y contaminan, cuál es el porcentaje de ellos que caen en la categoría de asesinos.
Lo que resultó patente es que, dado que son asesinos, hay que hacer algo para evitar que sus víctimas sigan aumentando. Ese “algo”, por supuesto, es aumentar la fiscalidad del diésel. Todo el diésel. Tanto da que los coches más nuevos que utilizan ese combustible no sean gravemente contaminantes. Pero da igual. Más aún, Warren Sánchez, con aire de quien tiene todo controlado, se apresuró a desmentir su propia mentira. Naturalmente, él nunca va a aplicar el impuesto a los profesionales y transportistas, que son quienes más utilizan el diésel y, por lo tanto, según el mismo razonamiento de Warren, los que más contaminan y más amenazan a los 30.000 desgraciados que caen víctimas de la contaminación. Todo eso, repito, en la misma entrevista. Si lo que pudo verse en la televisión el domingo no es un truco fabuloso, pues que venga Houdini y lo vea.
Añadió el presidente que los ricos no pagan el IRPF, lo que es una mentira sideral. El 10 % de los contribuyentes que declaran más renta pagan el 50 % de la recaudación total de ese impuesto; el 90 % restante paga la otra mitad. Incluso los que ganan más de 150.000 euros, unas 90.000 personas, que no llegan al 0,50 % de los declarantes, pagan la friolera del 10 % de la recaudación. Por supuesto que los que más ganan pagan el IRPF, y lo hacen en un porcentaje considerable en relación con el resto. Dirá usted que hay algunos ricos que no pagan. Y es verdad, y seguirá siendo verdad después de que Warren Sánchez y sus huestes progresistas hayan machacado aún más a los contribuyentes de mayor renta que no puedan escaparse.
Warren presume de feminismo, pero no solo porque va a crujir aún más a las trabajadoras, sino por sus numerosas ministras. La de Economía brilló con luz propia al asegurar que ahora es “momento idóneo para subir los impuestos” porque el crecimiento es “robusto”, lo que es como mínimo dudoso, y porque en España el poder castiga a las trabajadoras relativamente menos que en otros países, lo que, como argumento para castigarlas más es, como mínimo, asombroso.