El pasado sábado observé aquí que el viejo espantajo marxista conforme al cual el Estado es títere de la burguesía pervive en el discurso políticamente correcto, que proclama, como Daniel Innerarity, que el poder se ha desplazado del Estado a las multinacionales. El profesor Innerarity me interpeló en twitter: “¿Cree usted, señor Rodríguez Braun, que los esfuerzos de una comisaria liberal como Vestager para que este tipo de empresas tributen como es debido responden a la teoría de Marx sobre la burguesía?”.
Citó un artículo de El País sobre los gigantes tecnológicos que “de forma legal, exprimen las legislaciones nacionales para aprovechar los recovecos. Esta actuación ha despertado cierto malestar en la opinión pública. Por eso, la Agencia Tributaria española lleva años tratando de apretar las clavijas a estas multinacionales”. Encuentro delicioso que “apretar las clavijas” no obedezca al interés de Hacienda sino al “malestar en la opinión pública”. Todo esto en páginas de información.
Pero, sigamos. Un punto crucial quedaba oculto: no es cierto que esas empresas paguen pocos impuestos. Juan Ramón Rallo calcula que su tipo efectivo es: Google 19,3%; Apple 25,5%; Facebook 18,3%; y Amazon 36,6%. Por tanto, lo que anima la acción política en Europa no es lograr que dichas empresas “tributen como es debido”, porque ya lo hacen, cumpliendo la ley. El objetivo de la comisaria Vestager es que paguen más aquí (por cierto, don Daniel, sabido es que hay “liberales” entusiastas de los impuestos, aunque, como la tasa Google, los termine pagando el pueblo, “como es debido”).
Los políticos y los burócratas de la UE, excluyendo los de países con bajos impuestos de Sociedades, se están disputando la presa con ellos y con EE UU. Y para conseguirlo tienen que montar la fábula de las malvadas multinacionales que pagan poco.
En suma, me ratifico en mi tesis sobre el error de Marx: el poder político sigue siendo el único digno de ese nombre, y sus límites no se los imponen los capitalistas sino otros poderes políticos. Los capitalistas, como los trabajadores, y los ministros de Pedro Sánchez, hacen lo que pueden para pagar menos impuestos. Pero el propio artículo que cita Innerarity aclara que la Agencia Tributaria, irrumpiendo en las empresas con sus inspecciones/invasiones, ha “arañado un buen pellizco” de estos gigantes supuestamente omnipotentes.