Vi hace un tiempo una encuesta del Instituto Cato en la que se preguntaba a los norteamericanos qué pensaban sobre la riqueza y la pobreza.
En el caso de la riqueza, las principales respuestas a la hora de explicarla fueron el trabajo duro y la ambición. En el segundo caso, las respuestas más frecuentes asignaron la pobreza a las malas decisiones personales, el alcohol o las drogas.