La prensa ha celebrado Fortuna, cuyo autor, Hernán Díaz, fue calificado en El País como “inventor del realismo capitalista”, que “sigue el rastro del dinero”, y descubre “los engranajes que mueven Wall Street”. No parece realista, no explica el dinero, y no descubre más engranajes que los que lastran los análisis socialistas. Esto puede dar cuenta de la desilusión que varios críticos han experimentado ante el desenlace de la novela.