Guillermo Fernández Vara es de lo mejor del socialismo patrio, pero las campañas electorales suelen conspirar contra la moderación y el respeto por la libertad de la gente. Hace poco, en Villafranca de los Barros, declaró que en las elecciones del 28 de mayo “no nos jugamos quién gana, sino qué ciudadanos ganan y quiénes pierden. Si ganan los que no necesitan de la política, malo para el resto, y ése debe ser el reto, ayudar a los que solo tienen la política para poder tener un proyecto de vida”. Las falacias del líder socialista extremeño condensan el triple peligro que representa el populismo para el pueblo: la simplificación, la polarización y el desdén.