Desde púlpitos y cátedras y tribunas sin fin se les asegura a los empresarios que la sociedad está indignada con ellos. No puede sorprender que por temor, inseguridad o falta de voces alternativas, muchos se lo crean.
Desde púlpitos y cátedras y tribunas sin fin se les asegura a los empresarios que la sociedad está indignada con ellos. No puede sorprender que por temor, inseguridad o falta de voces alternativas, muchos se lo crean.