Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, recurre a la paranoia reivindicativa: es tan bueno que los malos lo persiguen. Este truco brota de un fundamento del socialismo, que detectó Hayek: la arrogancia.
Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, recurre a la paranoia reivindicativa: es tan bueno que los malos lo persiguen. Este truco brota de un fundamento del socialismo, que detectó Hayek: la arrogancia.