Una mañana de noviembre, Dios estuvo conmigo incluso más generoso de lo habitual, y pude disfrutar de dos joyas en el diario El País en un mismo día. Jordi Amat despotricó contra el “neoliberalismo” de Isabel Díaz Ayuso, cuya “revolución de las clases altas contra las bajas” ha logrado que “la función del Estado social se quede en los huesos”. En serio. Y Enric González habló del “neoliberalismo estalinista”. En serio.