Desde la caída del Muro, los progresistas, mientras ignoran el desastre del llamado “socialismo real”, insisten en que tenemos un gran problema, que es el capitalismo. Mienten, como siempre. El problema nunca fue el capitalismo, porque la libertad económica, antes y después del colapso del comunismo, siempre fue lo que más convino a los pueblos, y lo que las mujeres y los hombres libres solían elegir, cuando les dejaban. El problema siempre fue el anticapitalismo.