Así como ha distorsionado la dura realidad del socialismo, el pensamiento hegemónico ha procurado hacer lo propio con la realidad del capitalismo, revistiéndola de un rigor insoportable. Lo pensé cuando leí el enésimo artículo sobre la pobreza en Estados Unidos, que el pensamiento único proclama, ignorando púdicamente a millones de trabajadoras de todo el mundo que se esfuerzan denodadamente para ir a vivir justamente allí, en ese supuesto infierno.