La secretaria de Estado, y al parecer futura ministra, doña Ione Belarra, explicó hace un tiempo la “trampa” del sistema eléctrico. Dijo que es como si alguien va a la frutería, compra patatas, puerros y un aguacate, y, cuando va a pagar, el frutero le cobra todas las piezas al precio del aguacate, que es el más caro. Otra destacada progresista, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha anunciado una próxima legislación que prohibirá en toda España la prostitución, que “no es un trabajo, es una esclavitud”. Estas dos muestras de progresismo revelan también falta de cautela.