Dos amigas están delicadas de salud, la una es socialista y la otra es liberal.
La socialista ha acudido a la sanidad pública, y ha concluido que el Estado es imprescindible. Su enfermedad es grave y requiere tratamientos caros. Estima que ella le cuesta al sistema más de cinco mil euros al mes. Y proclama: ¡no he pagado nada!